La semana pasada tuve la suerte de asistir a una charla de Mario Alonso Puig sobre la gestión de la incertidumbre, y si bien el contenido ha sido clarificador más impresionado he quedado por la forma.
Mi experiencia es que es dificil motivar a los integrantes de un equipo a compartir sus experiencias/ideas, de forma que una sesión convocada para identificar riesgos o bien identificar lecciones aprendidas suele no entrar en demasiada profundidad y no ir más allá de la superficie.
En la charla, Mario usó una técnica que no había visto nunca hasta ahora y que convirtio fácilmente la interacción con el auditorio en una conversación con la participación de todos los asistentes. Voy a intentar resumir aquí las líneas maestras de la técnica:
Generar ambiente. El moderado expone en la pizarra el tema a tratar, y pregunta al auditorio que hace que se pueda expresar libremente y opinar (fomenta participación, genera ambiente de confianza, y establece reglas).
Interés del tema expuesto. Moderador pide reflexionar si el tema expuesto es de interés para los asistentes (busca la motivación del auditorio).
Preguntas. El moderador pide a la audiencia que en grupos escriban una o dos preguntas sobre dudas que les generá el tema tratado o que quieran profundizar, cada pregunta se apuntará en un pedazo de papel (Fomenta la reflexión en grupos pequeños y por tanto más participativos sobre el tema).
Conversación. El moderador recoge todas las hojas con las preguntas, las baraja y pide a una persona de la audiencia que escoja una. Una vez leída, pide a la audiencia que generen más preguntas que les suscita la pregunta elegida. El efecto es que la audiencia comienza a contestarse unos a otros; explorando los distintos matices.
Concreción. Cuando el moderador considerá que el matiz se ha tratado, señala en la pizarra las ideas que el grupo ha tratado y su solución.
Interiorización. Con el fin de que las ideas sean interirizadas por el lado derecho del cerebro, pide a la audiencia que se divida en dos grupos, uno va a trabajar en verbos (positivos, ya que el hemisferio derecha no procesa la palabra "NO") y el otro en imágenes que evoquen las soluciones apuntadas en la pizarra. Un representante del grupo de verbos leerá en voz alta los verbos y expresando la emoción del verbo. Acto seguido un representante del grupo de las imagenes explicará la imagen acordada describiendo con el mayor detalle posible mientras la audiencia tiene cerrados los ojos.
Iteracción. A continuación se repite el proceso desde Conversación.
Os puedo asegurar que a pesar de las cuatro horas de duración, toda la audiencia salió con ganas de proseguir, ya que muchas cosas se quedaron en el tintero.
Creo que es una técnica que puede ayudar a la hora de dinamizar, con los debidos ajustes, las sesiones de brainstorming necesarias para identificar junto con el equipo los riesgos del proyecto, o bien las lecciones aprendidas.
sábado, 18 de abril de 2009
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